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En este homenaje
participaron Salomón Alarco Gonzáles (hijo), Fernando Borjas, Kike Borjas y el
Compositor e Interprete Fernando Rentería.
Rendimo un justo homenaje al recordado e insigne cantante de la
música Criolla Peruana Don Salomón Alarco Rivarola, quien fuera conocido en el
ambiente artístico como el "Jilguero de los Barrios Altos" por su
inigualable, melodiosa y singular voz, para los que lo conocieron y apreciaron
su arte.
Comenzaremos, evocando el 20 de Marzo de 1994, fecha en la que
se le rindió un homenaje bien merecido por cantarle al Perú por más de 55 años,
habiendo dedicado de lleno gran parte de su vida a la difusión de la música
criolla con un estilo propio y muy Peruano desde los 14 años de edad.
El Centro Social Musical "Felipe Pinglo Alva", fue el
escenario de este tributo, donde acompañaron al desaparecido músico criollo,
conocidos cantantes de la talla de Jesús Vásquez, Rafael Matallana, Pancho
Salvatierra y Arturo "Zambo" Cavero, así como también intérpretes de
la generación de Don Salomón que compartieron con él, escenarios y la tertulia
Limeña como Don Víctor "Fatiga" Arce, Enrique "Chiquitín"
Borjas", Pedro "Chino" Galindo, José "Ciclón" Paredes
y Gustavo "Chavo" Velásquez, entre otros; todos ellos amigos y
gallada desde la infancia.
Don Salomón Alarco Rivarola vivió toda su vida en los Barrios
Altos, cuna del criollismo nacional, -desde que naciera el 4 de Noviembre de
1925- en el solar "Tarma" de la calle Maravillas de los Barrios
Altos, existente aún, su primera infancia; posteriormente la familia entera se
mudó a la calle "La Confianza" en la cuadra ocho del jirón Puno y
cerca de los 40 a la calle "La Pólvora" cuadra seis del Jirón
Cangallo.
Siempre comentaba que creció rodeado de puro criollismo pues su
madre Doña Mercedes Rivarola Herrera, de origen italiano, quien aparte de haber
sido una experta culinaria de comida ciolla peruana, cantaba y tocaba la
guitarra, de allí su inclinación a la música, que a la edad de 14 años Don
Salomòn Alarco Rivarola se inicia como cantante en un programa musical de Radio
Goycochea continuando como miembro del espectáculo "Mi viaje al País de
las Rosas", que recorría diversos escenarios de Provincias del Perú.
En esos periplos, compartió la escena artística con cantantes
criollos notables de la talla de Los Hermanos Govea, Alberto Mecklemburg,
Ernesto La Hoz, Pipo Comena, Alejandro Ayarza y las Hermanas Travesí. Por otro
lado también actuó por algún tiempo en el teatro "Mazzi" de la calle
Huanta.
En los años cuarenta formó con su hermano Carlos un dúo que,
durante diez años, animaron e espacio criollo de Radio Nacional, se incorpora a
ellos Alberto De la Cruz para formar el trio Los Soberanos. Después, con
Enrique "Chiquitín" Borjas el dúo criollo "Los Paladines" y
posteriormente, se acopla Guillermo Ocharan, su compadre, y conforman el trio
"Los Paladines", con quienes grabó muchos discos de 45 rpm, entre
ellos el tema de la guardia vieja "Vicenta" de Braulio Sancho Dávila.
El grupo solía reunirse con Don Hugo Bazán, sastre y compositor
que tenía su taller en la esquina entre Huánuco y Miroquesada más conocido como
los Naranjos, el local a veces les servía para ensayar los temas musicales que
iban estrenar como es el caso del hermoso tema "Deidad". Las
reuniones a veces coincidían con la celebración de las Festividades Religiosas
de la Virgen del Carmen, Patrona del Criollismo Peruano; a la cual todos los 15
de Julio de cada año se reúnen hasta la fecha la crema nata criolla para rendir
homenaje a la santa patrona. Los Paladines grabaron su primer disco LP para el
sello MAG, con Rolando "Arequipeño" Vento en la primera guitarra,
"Chiquitin" Borjas en la segunda guitarra y segunda voz, Villalobos
en el contrabajo y, Pablo "Melcochita" Villanueva en las castañuelas.
Algunos años más tarde se incorporó a su grupo musical Máximo "Cholo
grueso" Dávila, reconocida primera guitarra criolla.
Salomón Alarco supo ser muy amiguero, alegre y bromista en sus
momentos, gran amigo y "siempre derecho", nunca buscó ni la
publicidad, ni la ostentación. Fue de la estirpe de Ernesto Chocobar, Javier
Gonzalez, Alejandro Cortèz. Así de notable fue "Salomoncito", como
era menester llamarlo a razón de su sutileza y amplitud. Engreído de los
Centros Musicales y predilecto del "Carlos A. Saco", "Sentir de
los Barrios", "Bocanegra", "Lusitania", el
"Felipe Pinglo", del cual fue socio; y el "Barrios Altos" de
la calle Los Naranjos, donde con las guitarras de Julio Pomar, Larrañaga y
Sakata ingresaba a poner orden y musicalidad a las tertulias jaraneras con José
"Ciclón" Paredes, "Gordipepo" Ramírez, Enrique
"Chiquitín" Borjas, Rodríguez, el "Tuerto" Llanos, el
"Cholo" Nicolás, Rómulo Varillas, Pedro "Chino" Galindo,
también su compadre, padrino de su hijo mayor; y, tantos cultores del
repertorio de Pablo Casas Padilla,
Parrita y Canales, todos zambos barrioaltinos, asi como el excéntrico Rufino
Ortiz en la primera guitarra.
Cuando trabajó por buen tiempo en el "Karamanduka",
peña criolla de la época, compartió gran parte de su vida artística, con muchos
artistas de los 60, tales como: Lucha Reyes, Jesús Vásquez, Las Limeñitas,
Oswaldo Campos y Javier Gonzales, Los Travadores del Perú; pero siempre en
compañía de su amigo inseparable de toda la vida, el tío Enrique
"Chiquitín" Borjas, cuyo trato siempre fue de hermano, no de
costumbre sino porque así lo sintieron ellos desde la infancia en el Barrio de
Mercedarias. Posteriormente en los años 70, trabajó en "El Palmero".
En esta etapa de su vida vivió en la cuadra siete del jirón Puno, vecino de
Arturo "Zambo" Cavero que vivió en Mesa Redonda; de Fernando Loli y
de Don Pablo Casas Padilla; notable compositor seguidor de Pinglo, de sensible
calidad humana, de carácter bonachón y alegre chispa, también preocupado por la
pobreza en que vivía la gente en esos años, autor de "Anita", vals
inmortal que recorría el mundo desde hace ya muchas décadas, y que en realidad
es un poema a la ternura; fue su entrañable amigo y compañero en la música,
quien vivió en la cuadra seis de Puno en el barrio del Cuartel de Santa
Catalina.
Como era de esperar, también celebró modestamente sus Bodas de
Oro Artísticas en "La Aldea", local de mucha concurrencia de la
cuadra 14 de la Av. México, en la Victoria; donde se dieron cita para
acompañarlo muchos artistas, entre ellos "El Chino" Galindo, Víctor
"Fatiga" Arce, Pancho Salvatierra, José "Ciclón" Paredes,
"Chavo" Velásquez, Juan José Sedano, Ricardo Torres (Primerísima
guitarra), Alberto Valdivia, gran ejecutor de laúd y excelente guitarrista; el
marco musical integrado por: Oscar Giribaldi en la primera guitarra, Jorge
Alarco en la segunda guitarra; Fernando Rentería, segunda guitarra y cajón;
Felix Alarco en el bajo electrónico y, Carlos Merino en el cajón criollo.
Salomón Alarco Gonzáles (hijo).
Siempre estaba predispuesto, había transcurrido inexorablemente
el tiempo, jubilado ya, y aunque ya no profesionalmente, pero su amor y pasión
por la música criolla, se manifestaba animando las reuniones familiares y de
amigos con sus canciones, cantadas a capela a veces y otras con el
acompañamiento de sus hijos y su esposa en la segunda voz. Recordó siempre Don
Salomón, como cantante criollo, que el mejor compositor de todas las épocas fue
y será Don Felipe Pinglo Alva, ".... en esa época el público sabía
escuchar, aunque era muy exigente. Además, existían cantantes criollos que
podían hacerle frente a los artistas extranjeros que llegaban al país".
Pero, terminaba diciendo que ".... ahora las cosas han
cambiado y la música criolla, aunque no ha muerto, está abandonada. No hay
trabajo ni apoyo para los artistas nacionales".
Aprovechaba algún momento de su tiempo libre para conversar de
su vida artística, para recordar que desde muy niño solía cantar tangos, que
estaba de moda en los años veinte, en los cines y teatros, como el
"Mazzi" del jirón Huanta, donde funcionaría luego el cine Unión,
inexistente a la fecha. Comenta Don Carlos Peñalva, su cuñado, esposo de su
hermana Maruja, criollazo de pura cepa, que en esa época en compañía de Luciano
"zambo" Gamonal, amigo entrañable, con los que Salomón compartió
posteriormente algunos años de trabajo cuando pertenecieron a la Policía,
realmente gozaban al oirlo cantar. Como amigos inseparables que eran siempre
había motivo para "colarse" y participar como invitados en las
ocasiones en las que tenía que "actuar".
El público que le escuchó cantar siempre opinaba que no habían
conocido otro intérprete de la Guardia Vieja que viviera como si él hubiese
sido quien plasmara ese sentimiento popular que estampara Felipe Pinglo Alva en
sus canciones, tales como "Lastenia", vals inédito; "Libre
Albedrío" y, "Jacobo el Leñador", tres temas grabados por Don
Salomón Alarco en el disco LP "Selecciones Criollas del Maestro"
editado por el Club Musical "Felipe Pinglo Alva" por su 50 años de
vida Institucional. En este hermoso disco LP, se lucen Alejandro Velásquez
Rodríguez, Marcos Aguilar Garrido y Jorge Laynez Domínguez como primeras
guitarras conjuntamente con Ernesto Bravo Castrillón y Alfonso Untiveros Piedra,
ambos en la segunda guitarra.
Así como la participación de Pancho Salvatierra, el Dúo Enrique
Barahona-Armando García, María Elena Martínez y Augusto Cevallos Medrano, dando
realce a la calidad de la grabación de los temas casi todos inéditos de Pinglo.
Sobre Pinglo existe el comentario que fue muy humano y comprendió la época que
vivió, plasmó lo que veía y sentía homenajeando por ejemplo a la obrera, al
canillita, al sastre, a los "chinos" de la calle Capón, entre otros;
en una palabra le puso letra a la pobreza.
Don Salomón siempre comentaba que fue muy difícil establecer al
Vals como música criolla peruana, pues entre fines del siglo XIX hasta 1920
aproximadamente, la música que se escuchaba en Lima, venia de las zarzuelas
españolas, operetas, valses vienes, influenciando en la juventud de esa época.
Se acrecentó con la difusión de la los ritmos negros de Norteamérica y
principalmente la difusión del tango, valse argentino y la música ranchera de
México hasta 1940, pero con la competencia que ya tomaba fuerza en los
callejones y solares de los Barrios Altos, Monserrate, Bajo el Puente y La
Victoria.
Se sentía feliz de poder haber cantado a su país que tanto
amaba, de haber compartido tantísimos momentos alegres con compositores,
cantantes y músicos que aún están presentes, como, Manuel Acosta Ojeda,
Abelardo Vásquez, Félix Sancho Dávila, Vicente Olivares, Víctor
"Fatiga" Arce, Julio "el tío" Pomar, Pedro "el
Chino" Galindo, los hermanos Gustavo "Chavo" y Antonio
Velásquez, los hermanos Jaime y Rolando García y, con los que no están ya,
como, Pablo Casas Padilla, Enrique "Chiquitín" Borjas, Don Porfirio
Vásquez, todos ellos sus "patas", y amigos de siempre. Cantó por
última vez al cumplir sus setenta años el cuatro de noviembre de 1995, reunido en
compañía de su familia y de los amigos que fueron a compartir con él
inolvidables momentos de puro criollismo; al lado de Anita "Mariana"
Borjas, hija de "Chiquitín" Borjas, con quien interpretó a dúo el
hermoso vals "Yolanda" que empieza tan profundamente: "Déjame
que te arrulle con mi canto .... " en recuerdo de su hija del mismo
nombre; de Fernando Rentería, excelente músico y compositor junto a Mariela
Gallegos entonando varios valses, por supuesto que interpretó
"Lastenia" vals inédito de Pinglo, y "Olvidarte quisiera" de
Tasayco y Benvenuto, valses que refrescan el alma tan solo al escuchar sus
letra y música.
Don Salomón Alarco Rivarola debe estar cantando a viva y
entonada voz en su puesto del Coro Celestial, junto a todos sus hermanos y
amigos que ya no están aquí en este pedazo terrenal, alegrando y recordando la
máxima criolla de antaño, recordándonos aquel dicho tradicional criollo ...cuando
algún viejo criollo preguntaba ..... ¿ dónde vives, donde naciste ? y si se
respondía: "Vivo o nací en los Barrios Altos", siempre alegres y a
viva voz replicaban: ..... Buena Campeón, Eres de los "Barrios Altos ¡ la
sucursal del cielo !". Salomón Alarco Gonzáles.
Mag. Carlos Hernando
Castro
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¡¡¡NUESTRO COMPROMISO ES CON
EL PERÚ!!!
Remembranza musical que nos permite participar del pedacito de historia que no vivimos pero es nuestra, por ser peruanos. Gracias a Carlos Hernando y a La Cartelera por dar valor a palpitaciones de intensidad profunda
ResponderEliminarHermoso desarrollo de la vida artística de excelente representante de nuestra música criolla y cuyo efecto es la identificación de lo nuestro. Mentalmente me he trasladado a a Barrios Altos y gozo de aquellas jaranas con excelentes guitarristas, cantantes y compositores; la buena gente que se reunía con fraternidad y respeto. ¡Aquellos tiempos!Dichosos los que hemos gozado de aquello. Felicitaciones Carlos y saludos a Salomón
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